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PROCESO QUINTO SMCFYA - CONSTRUCCIÓN DE SENTIDO
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El Proceso de Construcción de Sentido apunta a dar respuestas ante esta crisis de espiritualidad que fragmenta la posibilidad de compartir una vida en plenitud. Fe y Alegría cree que asegurar el desarrollo de esta dimensión de sentido en las personas y en las instituciones, generará procesos de crecimiento interior y de desarrollo de capacidades que impactarán de manera positiva la educación de calidad y la construcción de ciudadanía, en paz y reconciliada.
Desde un enfoque de construcción de sentido, un centro educativo que adopta la cultura de calidad desde la propuesta de Fe y Alegría, se compromete con la transformación de la organización, implicando procesos articulados que conducen a la calidad de su sistema educativo, valorándolo desde una opción de sentido misional.
El Proceso de Construcción de Sentido, en la implementación del Sistema de Mejora de la Calidad, asume la identidad, la espiritualidad y el compromiso solidario, como componentes integradores y articuladores que inciden en toda la acción educativa.
El proceso de Construcción de Sentido está fundamentado en dos enfoques de intervención:
El primero, se da en todas las gestiones y procesos de la escuela, y su finalidad es procurar el sentido de la identidad y espiritualidad como orientadoras y articuladoras de las acciones educativas.
El segundo, está centrado en acciones coherentes que posibilitan el -ejercicio y apropiación de la identidad y espiritualidad, en el nivel personal y comunitario
El proceso de concreta en tres grandes componentes:
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La acción y tarea educativa de Fe y Alegría se comprende como intencionada[1], de acuerdo con los tres pilares de transformación social contextualizada: educación popular integral y de calidad, promoción social y comunitaria y acción evangelizadora, en perspectiva liberadora. Por lo tanto, la acción educativa que asume procesos de mejora de la calidad, responde a una doble necesidad: una, de formación integral de las comunidades educativas y otra, de un aporte de sentido a las personas y a los movimientos sociales generados por el impacto de la Institución.
Desde un enfoque de construcción de sentido, un centro educativo que adopta la cultura de calidad, desde la propuesta de Fe y Alegría, se compromete con la transformación de la organización, implicando procesos articulados que conducen a la calidad de su sistema educativo, valorándolo desde una opción de sentido misional.
La cultura de calidad, en una institución educativa, conecta con la búsqueda de sentido de la misión en un contexto específico. El análisis y la reflexión que se dan en la escuela para redefinir el quehacer educativo, están orientados, pedagógicamente, por procesos de construcción de sentido que aportan al horizonte fundacional de la escuela. Contar con objetivos educativos que definen el curso del actuar transformador, es ya un aporte de sentido fundamental a la misión educativa. También, la construcción misma de relaciones sociales propias de la comunidad, son aportes que brinda el proceso de construcción de sentido a la creación de comunidad dentro y fuera de la escuela.
El Proceso de Construcción de Sentido, en la implementación del Sistema de Mejora de la Calidad, asume los procesos de identidad, espiritualidad y compromiso solidario, como componentes integradores y articuladores que inciden en toda la acción educativa. Este proceso convoca a la comunidad educativa, a que haga parte de esta nueva cultura de construcción y vivencia del sentido de la Identidad Institucional, a través de procesos de crecimiento interior que generan transformaciones personales y comunitarias, respondiendo a los objetivos básicos de la educación popular integral y de calidad.
[1] Mejía, Marco Raúl. Educación popular hoy. Bogotá: ediciones Aurora, 2003.
HOY ME SIENTO COLIBRÍ, COMO ME SENTÍ AYER Y COMO
LO HARÉ MAÑANA...COLIBRÍ!
HOY ME SIENTO COLIBRÍ, ese que, aunque sea de pequeño tamaño, tiene colores
iridiscentes y vistosos, ese cuyo vuelo es muy rápido, ese que no limita su
espacio para hacerlo.
Me siento Colibrí ese que se adapta a todos los hábitats, desde las selvas
lluviosas tropicales, hasta las regiones más áridas y desde el nivel del mar
hasta el borde mismo de las nieves perpetuas de los Andes…
Me siento Colibrí ese que vuela
en cualquier dirección, a la
derecha, a la izquierda, arriba,
abajo y al revés, pero que pasa su mayor tiempo
volando…volando…
Me siento Colibrí ese que se detiene instantáneamente
frente a una flor para introducir sin titubeos, pero
delicadamente, su pico en la corola mientras permanece en vuelo
absolutamente estático, así sin titubeos pero con firmeza, consciente de lo que se quiere.
Hoy me siento como el Colibrí que cuando es atacado por otro colibrí, se vuelve sobre la
espalda, retrocede velozmente y poco después recupera su posición normal de vuelo para
eludir la persecución del que se comportaba como dueño del arbusto, con la inteligencia para
eludir el conflicto, pero no desistir de la meta, pues ya en lugar seguro, se posa en otro arbusto.
Hoy me siento Colibrí que se alimenta del néctar
de las más hermosas flores, porque sabe que
es el único alimento que satisface la
necesidad de energía que necesita
para volar… Hoy soy
ese Colibrí que admite sus
debilidades, pero aprovecha sus
fortalezas.
Hoy soy Colibrí que vuela, colibrí que
sueña…Colibrí que vive.
Por: María Eugenia Leal
(Maru Leal)
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